sábado, 9 de octubre de 2010

Viento

Salí a caminar por la playa. Kether iluminaba de manera amable los gases verdosos del océano de plasma, mientras “el otro sol” (que Odiseo se resiste a dar un nombre, aun bajo mi obtusa insistencia) se había escondido tras una de las tantas formaciones rocosas monumentales del planeta. Un bonito espectáculo... pero he viajado demasiado, no me sorprende mucho. ¿Debería escribir viajé?
La verdad no se qué escribir. Sobre qué escribir. No se si sea la atmósfera enrarecida del planeta, pero estoy tan cansado. De todo. Odisea no es el mismo… a veces me asusta. Las noches ¡Dios mío las noches! Mi espalda debe necesitar cuatro cirugía por cómo el lanzador de pistones presiona mi cuerpo bajo el delgado colchón, pero es que no puedo dormir sin él, no con la clase de sospecha que mi mente susurra, y que ruego sean falsas. Prefiero estar loco que... cualquier otra cosa.

Maldita sea, no soy un mal tipo, mi amigo tampoco… esta broma de mal gusto, me pregunto a quien hace gracia. Un año y algo aquí, tan lejos. Una estrella fugaz cae sobre el horizonte, una densa "nube" no me deja ver el final de su trayecto. Otra tormenta. Pido un deseo; total, aquí caen miles de estrellas por día.


Atso fuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario